miércoles, 5 de noviembre de 2014

Ambientes de aprendizaje.

Ambientes de aprendizaje: un recurso metodológico para el área de Educación Física.

Este artículo trata de la posibilidad de incluir nuevas formas metodológicas en las aulas con las que se potencie la creatividad y el trabajo autónomo de los individuos.
Se podría decir que los ambientes de aprendizaje consisten en la organización de espacios y materiales, en los que el alumnado es el protagonista y constructor de su proceso de aprendizaje a través de aprendizajes significativos, en los que el docente pasa a un segundo plano, se dedicará a la organización de espacios y a la reorientación de conductas desviadas si se diesen.

Existen tres tipos de ambientes de aprendizaje que son los siguientes:
Ambientes definidos: el espacio y la organización de los materiales no puede modificarse.
Ambientes semidefinidos: los alumnos pueden introducir pequeñas modificaciones en la distribución y ubicación de los materiales.
Ambientes no definidos: presentación del material sin una organización inicial de espacios ni materiales, los alumnos son los que crearán dichos ambientes.

Para introducir los ambientes de aprendizaje en las clases de EF es necesario establecer objetivos relacionados con los elementos y el diseño de ambientes de aprendizaje y la metodología empleada. 
Es necesario saber elegir los contenidos, pues podemos decantarnos por ambientes dirigidos o ambientes no definidos. Para determinar el tipo de actuación que se llevará a cabo, será esencial tener en cuenta las condiciones del contexto, pues serán éstas las que lo determinarán.

Los elementos estructurales que promueven la creación de un ambiente de aprendizaje son:

Preparación del ambiente:
Cuando creemos ambientes definidos o semidefinidos será función del profesor en una gran parte. No debemos limitar la función del docente como el director del proceso de enseñanza y aprendizaje, para ello será esencial unificar: la consecución de objetivos y contenidos seleccionados, ya sean procedimentales o actitudinales, y poder vivenciar el mayor número de experiencias.
La seguridad debe estar presente a la hora de diseñar un ambiente de aprendizaje, ya que debemos prever situaciones que pongan en peligro al alumno y minimizar posibles imprevistos. La preparación de un ambiente de aprendizaje implica un montaje y un desmontaje. Nunca estos dos procesos tienen que suponer un mayor esfuerzo que los beneficios obtenidos, debemos tener en cuenta la “economía del esfuerzo”.
Los materiales empleados en los ambientes de aprendizajes deben ser llamativos y atractivos para el alumnado con el fin de captar su atención. Debemos incorporar el factor sorpresa, puesto que es interesante que los alumnos encuentren el ambiente de repente e incentivar así su motivación hacia el ambiente.

Duración de los ambientes:
No existe un tiempo de permanencia determinado para cada uno de los ambientes, sino que los niños son libres de permanecer en el ambiente que deseen el tiempo que consideren oportuno, y el maestro no debe intervenir en dicha elección.

Normas de participación:
Para un buen desarrollo de una sesión de ambientes, será necesario establecer unas normas de convivencia, las cuales serán establecidas por los propios alumnos  y se recordaran al inicio de cada sesión. El docente únicamente intervendrá cuando surjan conflictos que los alumnos no sean capaces de resolver y actuará como mediador.


Dado que el juego a estas edades se considera el elemento principal para que los alumnos conozcan su mundo y estructuren su entorno, debemos proporcionarles entornos físicos adecuados y materiales motivadores y variados que potencien el desarrollo de habilidades y cualidades de los niños, influyendo positivamente en su autonomía y confianza. 
Los únicos protagonistas de los ambientes son los alumnos, ya que son ellos los creadores de sus aprendizajes, por ello la única función que tiene el docente es la de mediador de conflictos cuando los alumnos no son capaces de solucionarlos por ellos mismos.

Las intervenciones del docente tras la presentación de los espacios serán puntuales, sólo para encauzar la sesión y reorientar las conductas conflictivas. Su función principal es la de facilitador del aprendizaje. La localización en la sala será focal, externa, evitar una participación que sirva de modelo al alumnado y para la resolución de conflictos, facilitando la aparición de actitudes positivas.
Las intervenciones del docente se producirán en la zona de trabajo del alumnado, sin que exista desplazamiento. En la relación alumnado-docente se aboga por un trato individualizado, en el que se facilite conocimientos de los resultados y feedback personalizados.

La evaluación es por observación directa, se valora: nivel de participación, motivación, relaciones, creatividad, variantes surgidas... Al final de la sesión se realiza una puesta en común, en la que el alumnado manifiesta sus dificultades tanto en las relaciones con los compañeros como en las tareas.
Como conclusión, la aplicación de este recurso metodológico conduce a la creatividad y el trabajo autónomo del alumnado.

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